
El consumismo es la adquisición excesiva e innecesaria de bienes y productos, es un modo de actividad sistemática y de respuesta global en el cual inmerso nuestro sistema sociocultural, económico y político.

Orígenes del consumismo:
La demanda de consumo comenzó en la década del 1920 (luego el crack del 29) cuando se produjeron una serie de cambios que repercutieron de forma notable en el consumo. Esta fue una época de cambios fundamentalmente sociales, que afectan a la sociedad en su conjunto, a su forma de pensar, de enfrentarse al mundo, de organizarse en el trabajo, de ver el futuro.
A partir de esta crisis el taylorismo y el fordismo estaban en trance de desaparecer. Los principales motivos que hicieron crear el fordismo fueron la sustitución del valor funcional por el valor atractivo, y esto, fundamentalmente, a través del fenómeno social de la moda.

Obsolescencia programada

La obsolescencia programada u obsolescencia planificada es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto, este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
Su función es hacer que el consumidor compre productos de mala calidad o que dure cada vez menos para que luego tenga que ser desechado y actualizado por otro producto.
Moda:
Existe obsolescencia de otro tipo: la que vuelve obsoleto a un bien de consumo porque ha dejado de estar de moda. Por ejemplo los colores, las formas y materiales de la ropa, que denotan la temporada de su adquisición. Esta modalidad de obsolescencia se puede aplicar a cualquier bien.
Nuestro cuerpo recibe cierta "presión estética" por el hecho de que también se busca la belleza y perfección estética, siguiendo "reglas" ya que preestablecidas y que todos debemos porque sino somos excluidos.
Consecuencias ambientales:
El objetivo de la obsolescencia programada es el lucro económico, Por ello otro objetivos como la conservación del medio ambiente pasan a un segundo plano de prioridades.
La falta de una gestión adecuada de los productos manufacturados que se vuelven obsoletos constituye un foco de contaminación. Es una consecuencia del sistema de producción y económico contemporáneo, que promueve el consumo creciente. Por ello, el sustento de este modelo a largo plazo es discutido.
El consumo masivo de tecnología y la obsolescencia programada forman en la actualidad un combo explosivo en lo que se refiere a la generación de residuos tecnológicos y contaminación ambiental.

Esto afecta a todos los seres que habitamos el planeta. Mientras los aparatos están en funcionamiento no presentan ningún tipo de riesgo, salvo el dióxido de carbono que puedan producir, pero al ser desechados en basurales comunes estos artefactos reaccionan con el agua y la materia organiza liberando tóxicos al suelo y a las fuentes de agua subterráneas.
Desigualdad entre países desarrollados y subdesarrollados en el consumismo.
El " milagro"del actual consumo de los países desarrollados responde a comportamientos depredadores - con la utilización por parte de habitantes de muy pocos países - de tantos recursos como los usados por el resto de la humanidad presente.
Hay que poner fin a la presión, guiada por la búsqueda de beneficios particulares a corto plazo, para estimular el consumo: una publicidad agresiva se dedica a crear necesidades o a estimular modas efímeras, reduciendo la durabilidad de los productos y promocionando productos de alto impacto ecológico por su elevado consumo energético o efectos contaminantes.
Como ha señalado la Premio Noble sudafricana Nadine Gordmier." El consumo es necesario para el desarrollo humano cuando amplia la capacidad de la gente y mejorar su vida, sin menoscabo de la vida de los demás".

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